domingo, 17 de mayo de 2009

PARA TENER EN CUENTA !!

El nacimiento de un bebé con una malformación congénita
impacta profundamente al grupo familiar. Muchos padres nunca
antes habían visto un niño con fisura labio-alvéolo-palatina.
La fisura de labio y la fisura de paladar o ambas son un
defecto congénito, lo cual significa que se presentan al
momento de nacer. Estas fisuras oro-faciales son relativamente
frecuentes, ocurren en 1 de cada 700 nacimientos. En
diferentes porcentajes, se presentan en todas las razas y en
ambos sexos.
La causa exacta aún se desconoce y muchos profesionales
coinciden que no se puede atribuir a un factor único como el
causante de las fisuras.
Cuando se discuten las causas, es importante distinguir
entre fisuras aisladas y fisuras asociadas a otros defectos
congénitos o sindromes.
A pesar de la falta de consenso acerca de las causas de
fisuras aisladas, la gran mayoría parecería ser debida a una
combinación de genes (predisposición genética) que
probablemente interactúa con los factores ambientales.
Los genes son la sustancia básica de la cadena constitutiva
del ADN, la cual existe en cada ser humano con características
únicas. Son los que determinan por ejemplo: la altura, el color
de ojos, la inteligencia, etc. Cada persona posee
aproximadamente 100.000 genes agrupados en cadenas. Cada
cadena de genes se denomina cromosoma. Cada persona tiene
23 pares o 46 cromosomas, la mitad de los cuales (23)
provienen de la madre y la otra mitad del padre. Debido a la
gran cantidad de genes involucrados en este intercambio
ningún niño es exactamente igual al padre o a la madre. Este
hecho ayuda a explicar por qué un niño puede tener una fisura
de labio, del paladar o ambas, en una familia que no posee
antecedentes de fisuras. Un desorden genético puede suceder
primero cuando el niño recibe un gen anormal o bien cuando
existe una mutación genética al momento de la concepción.
Con respecto a los factores ambientales causantes de las
fisuras, muy pocos agentes han sido definitivamente asociados
Las fisuras se producen durante la etapa temprana del
embarazo, generalmente antes que la madre se entere que está
embarazada, y representan un problema sobre el cual la mujer
embarazada no tiene control.
Sabemos que los tejidos que forman el labio se fusionan
alrededor de la quinta o sexta semana,luego de la concepción
y que las estructuras que forman el paladar lo hacen entre la
séptima y novena. Resulta más que obvio que las fisuras no
pueden ser causadas por eventos que ocurran durante la etapa
media o tardía del embarazo.